Hoy mi pequeño ángel es tu aniversario. Hoy cumplirías 7 años y en vez de celebrarlo, un año más mi regalo para ti es un simple centro de flores, que me hace encoger el alma y sentir todo el dolor que durante el resto de días intento que no pueda conmigo.
Han pasado ya 7 años, y sigo anhelando tenerte en mis brazos, sigo queriendo oír tu llanto, mirar tus ojitos, coger tu manita, oler tu cuerpecito, y sentir la felicidad que tanto imaginé y que nunca pude experimentar, después de tu nacimiento.
Sigo queriendo consolarme y buscar una explicación espiritual y a veces es cierto, me consuela, otras simplemente intento alejar el pensamiento porque puede más que yo. El dolor sigue siendo insoportable, pero sigo cada día intentando aprender a vivir.
Desde hace un año más o menos o ya casi año y medio, me voy encontrando mejor, con más fuerzas, aunque reconozco que aún tengo días y días en los que flojeo, en los que me gustaría dejarme vencer, y al final no se de donde, una vez más vuelvo a luchar, vuelvo a agarrarme, vuelvo a flotar. Quizás eres tú, que me das fuerzas para seguir, para aprender cada día un poquito más a vivir aprendiendo desde el dolor, desde la oscuridad, para reconocer y valorar las cosas que merecen la pena, la gente que merece la pena, los momentos que tienen que ser vividos con intensidad, y la magia de todos los milagros de la vida.
Hace ya mucho que no espero, no espero nada nuevo de la vida, simplemente vivir el día a día, planeando y planeando como poder disfrutar un poquito más la vida, sin grandes cosas, sin grandes cambios, sólo disfrutando para hacer de los pequeños momentos, grandes acontecimientos y sobre todo poderlos vivir rodeada de grandes personas.
No puedo disfrutar físicamente de ti, mi pequeña hija, mi ángel, pero puedo disfrutar de todo lo que representa la belleza, el amor, la amistad, las cosas que casi podrían pasar desapercibidas, y todo lo bueno de la vida, gracias al mucho, muchísimo amor que me diste, que me dejaste.
Hoy a vuelto a amanecer el cielo nublado, con llovizna, triste. Un año más el cielo llora conmigo por ti. Y un año más, ........., es tan curioso, mi cuerpo, mi alma y mi corazón se agarrotan, recordando no el echo de haberte perdido, porque eso es dolor puro y duro, sino por el miedo y la angustia que guardan como el disco duro de un ordenador, por ver y sentir como te estaba perdiendo y nadie hacer nada.
Te queremos y te querremos toda la vida pase el tiempo que pase y prometemos que intentaremos ganarnos el cielo con todas nuestras fuerzas para no perderte nunca más. Te quiero Ángela.