A veces no sé de donde saco la fuerza. Hay muchos momentos en los que, de verdad, nunca hubiera creído que podría recuperar las fuerzas, las ganas de seguir adelante, queríendo que se haga justicia, queríendo luchar para intentar que nadie tenga que volver a pasar por esto, queriendo concienciar a quien pueda tener alguna relación con el mundo médico para cambiar ciertas cosas, queriendo que el mundo entero sepa y conozca que Ángela estuvo, vivió y luchó y queriendo dar a conocer todo el amor que en tan poco tiempo, nos llenó la vida, nos enseñó y nos valió para toda una vida.
No sé como ni porqué, pero saco fuerzas cada día para vivir. Nunca lo hubiera imaginado de mi, pero cuando creo que ya no puedo más, vuelvo a resurgir, para defender la vida, la justicia, la magía de un milagro, la inocencia, el amor puro. No sólo lucho por mi, no sólo lucho por Ángela, lucho por lo que creo y por pensar que ojalá alguien lo hubiera hecho por mi, por nosotros. Lucho como el león que defiende a su manada y aunque a veces, muchas veces no pueda más, la fuerza vuelve a mi. Quizás sea ella, quizás sea Dios, quizás todos los elementos del universo, pero sea como fuera, vuelvo a resurgir.
Los 3 leones
En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero para una gran duda en la selva: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí. Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¡Cómo descubrir?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones: Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. 3 van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con grande expectativa.¿Cómo? Preguntaron todos. Es simple... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora...! Porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercero león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado El Rey de los animales.
Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas.
Tus problemas, al menos la mayoría de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no vos.
Todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos. Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia. La Montaña de las dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡VOS TODAVÍA ESTAS CRECIENDO!
Y acuérdate del dicho: "NO DIGAS A DIOS QUE TIENES UN GRAN PROBLEMA, SINO DILE AL PROBLEMA QUE TIENES UN GRAN DIOS".
"Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones por las cuales sonreír".
Habrá muchos momentos en los que la vida me haga querer rendirme, pero de alguna forma saco fuerzas y quiero pensar que es tu esencia, toda tú que aunque no pueda verte, estas alojadita en mi y entre las dos podemos ir peleando mejor. La una con la otra. Las dos en una. Te queremos vida mía.