Han ido pasando los días. He ido tomándomelo con calma, más tranquila que otras veces, menos obsesionada con no moverme, con llevar cuidado, con querer que el mundo se parase para que nada ni nadie pudiera perjudicar el proceso y sobre todo más concienciada con todo lo que podría pasar en un sentido u otro.
Como he tenido que ir a acupuntura dos veces, pues a la fuerza he tenido que salir y eso me ha hecho también poder moverme con menos agarrotamiento, menos forzada e incluso me ha animado a poder salir a dar pequeñitos paseos por alrededor de mi casa, acercarme a ver a mi ahijadito, su hermanita y amigos-vecinos y como también me pillan cerquita, fuimos a casa de mis cuñados porque hacía casi dos semanas que no veía a mis sobrinitas, y tenía muchas ganas, sobre todo a la mayor, (con 23 meses) que se puso como una loca cuando me vio, haciendo palmas y riéndose y como yo no podía cogerla, pues Juan Carlos la cogió y me la acercó y se me abrazó como una lapa, con su carita pegada a la mía, sin moverse, sólo sintiendo mi piel y oyendo mis palabras. No había forma de separarla. ¡Qué graciosa!, y es que tiene muchas cosas de mi ahijadito, muchos detalles, muchos gestos, son críos que tienen ángel.
Y bueno, aunque no he querido emocionarme, al final es inevitable, porque vas sintiendo cosas, te vas notando otras, vas relacionando con otras veces y crees que quizás sí sea posible, y sin tenerlo en mente todo el rato, hay momentos de ilusión, de miedo, de esperanza, de optimismo y ves que los días van pasando y cada vez estás más cerca. Pero de repente algo que nunca, en ningún otro tratamiento había pasado, y es que dos días antes de la beta empiezo a manchar. No es mucho, casi nada y de forma intermitente, pero es que nunca me había pasado y llamo al teléfono de guardia de la clínica y no me lo cogen, dice que el teléfono está no operativo y pruebo varias veces más a lo largo del día y lo mismo, y mientras, yo llevo cuidado, estoy en reposo y pienso que no sé, que a lo mejor esta vez ha habido suerte porque con Ángela, aunque no fue dos días antes, si que empecé a manchar el mismo día de la beta como casi una regla, pero tengo dudas, no sé que pensar y espero.
Al día siguiente consigo hablar con la clínica. Sigo igual y me dice la gine de guardia que me suba la progesterona al doble y que esté en reposo, que no pierda la esperanza porque ella ha tenido algún caso donde se ha estado manchando como una regla y luego el embrión estaba bien agarradito.
Espero. Sigo esperando. Sigo en reposo y viene a verme mi amiga-vecina y ella se siente contenta porque recuerda lo de Ángela y cree que puede ser una buena señal, ya que además esto no me había pasado antes. Y espero. Espero hasta el día siguiente. De momento sigo igual, aún mancho, pero la cosa no ha ido a más.
Llega el día. Tengo la beta. Nada más entrar en la clínica me pregunta una enfermera. Allí ya todos están pendientes. Enseguida paso. Me sacan sangre. Mi gine está ese día de guardia, así que está allí desde primera ahora, por lo tanto en cuanto sepan algo, se que me llamará.
Nos vamos. Pasa el tiempo y no llaman, así que me voy temiendo lo peor, aunque sigo tranquila. Me duermo y al poco el sonido del teléfono me despierta. Lo cojo sobresaltada y oigo al otro lado la voz de mi gine que casi no le sale. Me dice que lo siente, que es negativo, que incluso lo han repetido dos veces para asegurarse, pero que no, es negativo. Me quedo casi muda, sin palabras y sólo me sale decirle que gracias, que muchas gracias, que lo hemos intentado y que no ha podido ser. Ella me dice que cuando pasen unos días, haber si pasamos por la clínica para vernos. Es la despedida. Después de tanto tiempo, ha llegado. Ya ha llegado el momento.
Llamo a Juan Carlos y él, aunque me dice que ya se lo temía por el tiempo que había pasado, pero sé que siempre queda una esperanza, y su voz se entrecorta, se rompe. Los dos nos hemos dado cuenta que esta etapa ha terminado y que Ángela fue, es y será única, especial, y que entre todos, ella fue la única que agarró, que quiso quedarse y que al final de todo su camino, de toda su lucha, NO DEJARON.
Ahora, sólo nos queda ir dejando pasar los días, para asimilar, para aceptar, para darnos realmente cuenta de que esta etapa ha finalizado y que debemos seguir en otro camino agarrándonos a la gente que nos quiere y sobre todo, el uno en el otro.
No habrá ni un solo día en mi vida, en el que no te siga esperando. Te queremos hija mía.
15 comentarios:
Ay, no se ni que decirte.... No me salen las palabras.... Un abrazo enorme, enorme, enorme. Te queremos! Mucho animo y fuerza!
Pues qué quieres que te diga, Mari, yo últimamente me planteo si tener hijos ó no. No me gusta el mundo en el que vivimos, ¿para qué traer hijos a un mundo que no me gusta? Los hijos dan satisfacciones, dicen, ¿y disgustos? Aparte de que dejas de vivir para tí y para tu pareja. Todo tiene algo positivo y yo creo que nos han metido en la cabeza que la meta de las mujeres es ser madre, pero mirándolo bien no tiene por qué.
A lo mejor esto significa que tienes que dedicar tiempo para dedicarte y destacar en cosas que te gustan, que te esperan gratificaciones.
Sé muy feliz con tu marido y si no cambias de idea, no pasa nada, ante todo una es mujer. Bueno, y madre de Ángela, que éso nunca te lo quitará nadie.
Un beso enorme, cariño!
Tenía la esperanza que esta vez fuera que si... de verdad que me hubiera gustado tanto...
Un beso grande para los dos. Y como dice Eva, a disfrutar el uno del otro.
Esperaba con toda mi alma que esta vez fuera la buena. No me salen las palabras. Agárraos fuerte y adelante,
Un fuerte abrazo
Un beso y un abrazo muy fuerte guapisima¡¡ La vida por desgracia a veces es así de ingrata pero gracias a Dios tienes a tu lado por lo que cuentas a la mejor persona del mundo para compartirla así que a seguir viviendo que estoy segura que tienes muchos momentos bonitos por delante por vivir y compartir. Otro abrazo fuertiiiisimo y para lo que necesites aqui estoy¡¡
Lo siento mucho, un abrazo grande y mucho ánimo.
Ay, no sabía que lo habíais intentado de nuevo....te mando un gran abrazo
Lo siento mucho mi niña. Que rabia, q rabia me da q la vida sea tan injusta.
Juntos vais a tirar para lante y vivir cosas preciosas.
Os mando un beso muy fuerte.
Ánimo guapa
Lo siento muchísimo. Esperaba que la vida, esta vez, fuera un poquito más justa con vosotros. Mucha fuerza. Un abrazo.
Muchas gracias a todas. De corazón. Os agradezco mucho, muchísimo vuestras palabras de apoyo, de ánimo, de comprensión y sobre todo de cariño.
Es cierto que a veces la vida no nos recompensa todo el sufrimiento que pasamos, pero a pesar de eso, quiero ser positiva y pensar que como dice Eva, siempre seremos los papás de Ángela y que nos tenemos el uno al otro para disfrutarnos como pareja y sacar lo mejor de nosotros mismos.
Me hubiera gustado, nos hubiera gustado poder tener otros hijos, pero no ha podido ser y no quiero que eso pueda interferir en lo que sentimos el uno por el otro, así que nos seguiremos queriendo y viviendo unidos para afrontar lo que tengamos que afrontar. Al menos los dos juntos y con la suerte de tener una luz que nos ilumine nuestro camino gracias a nuestra estrella gordita.
Gracias a todas, de verdad. Sois especiales y gracias a este mundo cibernético he tenido la suerte de poder conoceros un poquito y compartir muchas cositas.
Espero poder seguir compartiendo nuestro día a día, nuestras alegrias, nuestros sueños cumplidos o por cumplir, nuestras tristezas, nuestras esperanzas, y sobre todo la energía positiva que podemos ir pasándonos de unas a otras.
Un besazo con todo mi cariño.
Hola, María del Mar
Se me ha hecho un nudo en la garganta. Se que habéis cerrado una etapa; pero no sé, tengo una sensación de que no todo está perdido, que hay una luz brillando a la espera de veros.
Lo siento si he sido demasiado metete, pero es lo que me ha llegado al corazón.
Besotes.
Queridísima María del Mar... No te imaginas cuanto lo siento, no te imaginas la de momentos que te he llevado en mi pensamiento deseando con toda mi fuerza que saliese bien y que todo fuese genial. Me duele leer esto como si fuese mi propio negativo, de verdad lo siento muchísimo.
Abrázate a Juan Carlos, que vuestro amor puede con todo, que os tenéis el uno al otro.
Te mando el abrazo más fuerte que me sale, espero que te llegue. Vosotros desprendéis luz, y Ángela os cuida.
Miles de abrazos y de besos.
Hola María Eugenía. Para nada has sido metete. Es más me alegro de que me lo digas si es así como tu lo percibes. No por darme esperanzas, ni por creer que a lo mejor.... simplemente es porque las cosas buenas que uno percibe de los demás creo que es positivo compartirlas, para hacer sentir a los demás que siempre puede haber algo especial.
Gracias.
Un besito.
Querida Netzi, muchísimas gracias preciosa. Yo sólo espero que mi ejemplo sólo os sirva para daros fuerza y enseñaros que en la vida a veces uno no puede elegir, pero es importante saber que tiene opciones y que al menos se ha intentado.
Y sí, Juan Carlos y yo nos apoyaremos y viviremos siempre pensando en que aunque ella no está con nosotros, somos una familia, porque no tendremos más hijos, pero la tuvimos, la tenemos y siempre estará.
Un beso grande.
LA ESTRELLA MÁS BRILLANTE
En la vida, a veces, hay injusticias. Es así, sin más. Sin que una persona se lo merezca, sin que haya un motivo aparante para que a alguien le ocurra una putada, de repente, le ocurre. Esto le pasa a mucha gente, a muchas personas, pero hoy quiero hablaros de dos personas en especial. No voy a relataros su historia, no voy a daros detalles, sería demasiado doloroso y además tengo gente que me lee, que sé, que no debe leer ciertas cosas en este momento de su vida. Si alguien quiere saber algo más, algún detalle, que me lo pregunte y le daré la dirección de un maravilloso blog que hoy, por casualidad, descubrí.
María (nombre ficticio) es una luchadora, una mujer de bandera, que, a pesar, de tener una pena muy grande en su corazón, una sombra, algo, que por lo desgarrador que fue, nunca olvidará en su vida, sigue adelante y cada día lucha por conseguir su sueño. Cuando, hoy, de manera casual, me he encontrado con su historia, me he enganchado a su vida, a leer todo lo que en su blog relataba y he estado horas sin moverme de delante del ordenador. María y Juan son dos personas maravillosas, que no se merecían una injusticia como la que se cometió con ellos. Una injusticia que les llevó a una desgracia terrible que ha cambiado sus vidas para siempre. Leyendo su vivencia, he llorado tanto que algo se ha encogido, creo que para siempre, también en mi alma. Lo más cruel que le pueden hacer a alguien es arrebatarle la ilusión de su vida. Que de un momento a otro, te dejen sin esperanzas, sin argumentos de un nuevo día, sin alegría en el corazón, sin vida. Esto es lo que le hicieron a ellos, simplemente por la deshumanización, crueldad y falta de profesionalidad de un equipo médico. Me pregunto como podrán esos "profesionales" seguir con sus vidas. Me pregunto si habrán seguido durmiendo por las noches sin problemas. También me pregunto si, quizá, ni siquiera les afecto un poquito. Y prefiero no saber las respuestas a estas preguntas, pues, la verdad, me asusta pensar en que la respuesta me quite la fe en el ser humano.
A ellos, a María y Juan, les arrancaron el alma y ahora, tienen que conformarse con una estrella, que, desde aquel fatídico día, brilla en el cielo, como la que más.
María, te diría tantas cosas y a la vez no te diría nada, te daría un abrazo si te tuviera delante, eso sí. Es lo que me ha apetecido hacer desde que sé de tu historia, de tu sufrimiento.
Por muchos motivos, compartimos algunas vivencias, ya te lo contaré más en privado, pero no la más fuerte. No he pasado por eso, y espero no tener que pasarlo nunca. Aunque hoy, desde mi sofá, leyéndote, lo he vivido contigo, aunque solo sea un poquito, porque ni de lejos, puedo imaginar como se tiene que sentir esa pena tan grande.
Te has metido en mi corazón, los tres lo habéis hecho. Es por esto, que, en lugar de contestarte directamente en tu blog, como pensaba hacer en un principio, he decidido, daros toda la importancia que os merecéis y haceros a vosotros partícipes del mío, de mi blog, desde el que comparto historias, con todo aquel que quiera leerme. Esta, la vuestra, no he querido detallarla mucho, por respeto a vosotros, porque, ni siquiera os he pedido permiso para hacerlo, pero he sentido la necesitad de comentarla. Porque me parece cruel lo que os ha pasado, y a la vez, me parecéis un ejemplo. Ejemplo de valentía, ejemplo de fortaleza y de resignación, pero sobre todo, ejemplo de Amor.
A vosotros, y sobre todo, a ella, a la Estrella Más Brillante de vuestro firmamento, va mi pequeño homenaje, y todo mi cariño. No os merecéis menos.
Publicado por Ana Cristina Blázquez Muñoz en 00:16
Querida Ana. No tengo palabras. Me has emocionado ¡tanto, tanto!. Te agradezco mucho el cariño puesto en todas y cada una de tus palabras, te agradezco en el alma el homenaje sobre todo a ella, y te agradezco especialmente que nos hayas echo un hueco en tu corazón, en tu vida, en tu blog.
Mi correo electronico está puesto, asi que cuando quieras puedes pasarte de forma más privada para hablarme si quieres, de esos momentos o vivencias que compartimos. Me encantará leerte, saber de ti y poder ayudarnos mutuamente en todo aquello en lo que podamos vernos reflejadas.
Te mando un beso enorme de infinito agradecimiento y cariño.
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