Hace tiempo que dejé de ir a la psicóloga, no porqué ya no necesite hablar, no porque ya no necesite apoyo, no porque ya no necesite liberar dolor, no porque ya no necesite consejo, no porque ya no necesite orientación o no porque ya lo tenga superado o asumido.
No. Nada de eso. Sigo necesitando todo eso y mucho más, pero es que me dí cuenta que llegué a un punto muerto, donde ya no avanzaba, donde todo lo que podía superar, todo lo que podía esperar para mejorar, ya había llegado, al menos de momento y sé y soy consciente de que tengo días buenos, donde parece que nada ha pasado, donde la vida me da un respiro y donde puedo disfrutar de momentos realmente buenos y felices, pero que de pronto vuelvo a venirme a bajo, vuelvo a tener miedo, vuelvo a sentir un dolor punzante que no me deja respirar y sé que nada se puede hacer, sólo dejar pasar los días y volver a reunir fuerzas para poder compaginar esos momentos con mis otros momentos. Esa vida, con mi otra vida.
Soy consciente de que nada ni nadie me puede ayudar a superar esos estados, porque yo misma soy consciente y me oigo a mi misma decirme "que no puedo volver atrás, que no sirve de nada estar pensando una y otra vez en aquel día, que no consigo nada estar sumida en esa tristeza y dolor, que debo poder saber disfrutar y valorar todo lo que tengo, que la vida sólo es una y que hay que aprovechar cada día, cada momento, que no tengo porque amargar a los demás, que mi pequeña está bien y contenta allá arriba, que nunca ya nada será igual, pero que hay momentos para todo y que cuando me pueda el dolor y la tristeza no me agobie y me deje llevar permitiendo salir esos sentimientos porque luego volveré a sentir la fuerza de la vida, que mantenga mi mente entretenida, que no me deje superar por el peso de la mochila, que otros han vivido también otras tragedias y que pueden vivir con ello, que aprenda cada día a descubrir nuevas enseñanzas positivas que me ayuden a dar un poco de luz cuando todo se apaga a mi alrededor.
Soy consciente de que ahora mismo he llegado hasta aquí y que quizás avance más o quizás me quedé aquí para siempre, pero sigo intentándolo y aprendiendo de todo y ojalá que un día pueda poder decir y sentir lo que ahora mismo siente Mercé http://comoafrontarlamuertedeunhijo.com/un-dia-feliz/ que perdió a su hijo hace 15 años con 15 años y de la que intento aprender por su lucha, por su fuerza, por su amor, por su ejemplo. Ella pudo disfrutar de su hijo Ignasi durante 15 años, pero al igual que yo, lo perdió de forma trágica y su visión y su forma de aprender a vivir, me ayudan y me dan fuerza.
La vida no es siempre como pensábamos que sería, como habíamos planeado y cuesta, cuesta mucho dar la vuelta y reconducir nuestra forma de vida, nuestra visión de muchas cosas, pero creo que lo más importante es ser conscientes de ellos y afrontarlo con uñas y dientes, aunque algunas veces se nos quede en meros intentos, ya vale. Caeremos, nos lastimaremos y lloraremos, pero intentaremos volver a sacar las uñas y los dientes para seguir aprendiendo a vivir y quizás un día como Mercé podamos sentir ese estado de semi-liberación.
Ví la magia de la vida en aquel pequeñito corazoncito que latía a mil por hora y que ya formaba parte de mi. Te queremos Ángela.
4 comentarios:
Mª del Mar...guapa...eres tan luchadora, tan valiente. Leerte siempre me pone los pelos de punta y me hace más fuerte..porque a veces nos preocupamos por tonterías, por banalidades...cuando hay tantas tragedias ahí fuera. A ti la vida te ha puesto muchos muchísimos baches en tu camino y ahí sigues. Luchando. Por ello sé que una persona como tu, sólo puede tener gente buena a su alrededor y leo en tus palabras que es así. Aférrate a ellas. A ese marido que tanto te ama...y vive, vive la vida porque como tú bien dices sólo se vive una vez. Te mando un abrazote bien fuerte! besos
Pues sí, la vida a veces es amarga. Lo que sí es cierto, es que miras a tu alrededor y ves, que para uno es más amarga que para otros. Yo hace mucho que no sé si creo o no en la suerte. Quiero pensar que lo que a cada uno le toca, le toca y punto, independientemente de, la suerte. Pero no puedo evitar, mirar en ocasiones alrededor, y ver que a unos la vida les sonríe una y otra vez, y a lo mejor a ti solo te da una ostia detrás de otra. Y ahí es cuando se me viene a la cabeza aquello de, seré yo que tengo mala suerte. No sé, la vida no deja de ser un misterio. Y el porque a unos les da cucharadas de azúcar y a otros almendras amargas es algo sin respuesta. Desde luego a vosotros os dio el trago más amargo que un ser puede recibir, la pérdida de un hijo, en vuestro caso aún más duro si cabe, al tener problemas de fertilidad y no contar con la posibilidad de poder tener otro, que no es que esto os hubiera cerrado esa herida enorme, pero, desde luego, sí habría ayudado a soportarla de otra manera. Y cuando veo en tus palabras lo buena persona, lo buena gente que sois, no puedo evitar volver a preguntarme, ¿Por qué?
Solo cabe desearte, que algún día, de alguna forma, veas un poco compensada esa pérdida, no sé como, pero que algo fuera de serie os suceda, pues, no me cabe duda, lo merecéis y mucho.
Un fuerte abrazo
La vida nos pone pruebas, a veces tan complicadas, y a las que nos tenemos que enfrentar sí o sí.
Y a veces no podemos, y caemos. Pero también es necesario caer, para después volver a levantarse con más fuerza.
Aférrate a todo eso maravilloso que tienes, a los días buenas, a toda la gente maravillosa que te rodea.
Ojalá pudiera hacer o decir algo que calmara tu dolor.
Mientras te envío un fuerte abrazo.
Querida Rut, me has hecho sonreir y creo que incluso sonrojarme por las primeras palabras que me dedicas. La verdad es que siempre reconforta, al menos a mi, el ver que puedo servir de ejemplo, base principal por la cual escribo contando mis vivencias y mis luchas. Te agradezco que pienses así, porque la verdad a veces dudo de que sea así, porque es tan difícil estar arriba. Pero bueno, lo intento y me levanto una y mil veces. Y sí, en parte, en gran parte es gracias a toda la gente que tengo a mi alrededor y que me ayudan a conseguir que mi vida sea más fácil en muchos momentos.
Yo te devuelvo ese enorme abrazo con todo mi cariño. Un besazo.
Ana Cristina, amiga, que razón llevas en tus palabras, sobre todo, porque después de tanto tiempo te das cuenta que a pesar de sufrir y de no haber un porque a ciertas cosas, la vida sigue sin ser fácil e injusta, y he llegado al convencimiento de que es así. La vida no es justa y menos aún con las buenas personas. Yo ya no espero nada de la vida, es decir, nada bueno, pero tampoco nada malo, que al menos me quede como estoy, que ya es bastante. Ojalá que aunque la vida no sea justa con muchos, con otros llegue un momento en el que sí pueda darse esa justicia, que de alguna forma, haga la vida más equitativa. Ojalá que tú y muchas de vosotras que me escribís, seáis de esas personas.
Te mando un gran beso.
Trax preciosa, ya haces o dices algo que pueda calmar mi dolor. Estar y compartir conmigo mis vivencias y las tuyas. Nos apoyamos, nos consolamos, nos sentimos reflejados o nos servimos de soporte en muchos momentos.
Es verdad que hay veces que ni yo misma me soporto, que no sé ni como me encuentro, ni como puedo llevarlo y por lo tanto es más complicado para los demás poder ayudarme, pero ayuda, créeme, ayuda.
Te mando mil besos.
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