Desde que inicié el blog, mi único propósito ha sido hacerle un homenaje a mi hija y a la misma vez dar a conocer mi historia por si de alguna forma podía ayudar a otras madres, a otros bebés.
Pretendía que se conociera mi lucha, nuestra lucha, por intentar cambiar algo, por hacer al menos, que la muerte de Ángela no hubiera sido en vano y por eso, independientemente de la querella criminal que tenemos presentada, iniciamos una serie de caminos que hicieran que alguien pudiera interesarse por el maltrato que cada día muchas parejas y sus bebes sufren para poder parir, por parte del personal sanitario.
Hemos salido en la prensa de nuestra ciudad, en un programa de televisión autonómico, hemos escrito al Defensor del Pueblo de Murcia, fuimos a hablar con la portavoz del grupo parlamentario en la oposición aquí en Murcia, intentamos también hacerle llegar la información al Presidente de nuestra Comunidad Autónoma. Hemos mandado correos a varias cadenas de televisión nacional, periódicos nacionales, distintos programas de difusión nacional en radio y televisión, pero al final parece que es un tema que a nadie interesa y cuanto antes se olvide, mejor.
Porque sí, en su momento nos hicieron una entrevista, pero hay que ver ¡cuantas tonterias investigan los periodistas hoy en día! y sin embargo a pesar de haberles dado motivos, pruebas, testimonios e indicios del maltrato que sufrimos muchas parejas y sus bebes en las maternidades, es un tema tabú, y nadie quiere meter el dedo en la llaga. Aún así, agradecer en todo caso, la atención que todos estos medios y personas concretas, nos prestaron en su día.
Por otro lado hace unos días, recibimos por fin, la contestación del Defensor del Pueblo de Murcia, después de más de un año desde que presentamos nuestra queja y después de más de 4 requerimientos que hizo para que le dieran la información solicitada, y como digo, después de tanto tiempo, la respuesta no podía ser más defraudante. Cómo si fueran unos niños pequeños, se le va a dar un tirón de orejas, una palmadita en la espalda, diciendóles que :
"Como resumen de las consideraciones expuestas anteriormente seríe conveniente que la Consejería de Sanidad y Consumo, ante situaciones especialmente difíciles y delicadas, modifique las prácticas actuales, garantizando una atención sanitaria más personalizada y la protección de la intimidad de las pacientes".
Es triste, muy triste que después de todo el tiempo, del esfuerzo, de la lucha, del dolor, al final, la respuesta sea ésta. Nadie se ha molestado en investigar, en recabar información de otras pacientes, en la asociación de víctimas de negligencias, en atención al paciente de la Arrixaca. Podrían haber resuelto dar a cada parturienta una encuesta de calidades en la atención, el trato, instalaciones, etc. para al menos, obligarlos de alguna manera a esforzarse por salier bien parados en estas encuestas. No sé, algo más.
Mi dulce amor chiquitín, no resulta facil, pero seguiré pensando que tu muerte no fue en vano y que al menos una vida salvaste. Te queremos.
MENTIRA TRAS MENTIRA
Si ya se hace doloroso el tener que revivir ciertas cosas, resulta todavía peor cuando la mentira se te hace tan evidente que te corta hasta el aire como así me pasó cuando leí la sarta de embustes que le habían remitido al Defensor del Pueblo la matrona, ginecólogos y anestesista, diciendo que la actuación fue la correcta, que el agua no se me administró por recomendación del Servicio de Anestesia ante la eventualidad de una posible intervención, que los ginecólogos se fueron a cenar después de asistir a otro parto y acudieron ante la primera llamada de la matrona, el anestesista dice que yo no le manifesté en ningún momneto mi negativa a recibir anestesia y lo mejor de todo, que cuando la sala de reanimación quedó vacia de parturientas se nos aisló con un biombo para preservar en lo posible nuestra intimidad.
Ante todo esto, no sé si hecharme a llorar de tristeza o de indignación, porque por un lado no recibí un trato adecuado, ni humano, ni de atención por parte de la matrona (lo que ella hiciera para avisar a los ginecólogos si que es algo que desconozco), el agua no se me administró no por lo que ellos dicen (que queda muy bonito), sino palabras textuales:"aquí no tenemos agua, si quieres, que salga tu marido y te compre una botella", a lo que él salió y como no lo dejaron volver a entrar porque se habían ido a comer, le dió la botella a una enfermera para que me la diera. En cualquier caso es una excusa un poco idiota porque por poner un ejemplo, si uno sale en coche después de comer y tiene un accidente y hay que operarlo de urgencia, entonces no se puede porque ha comido y bebido?...... (es un ejemplo de millones de casos que se me ocurren).
En cuanto a los ginecólogos tuvieron tiempo más que suficiente antes de irse a cenar, incluso antes de atender el otro parto, de ver los problemas que estaba teniendo, ya que las bradicardias empezaron a las 6 de la tarde aunque empezaron a ser más seguidas a partir de las 8 de la tarde y ya hasta las 10:30 de la noche donde ya nada se pudo hacer. Ellos pasaron por delante de mi a las 10 para decir que se iban a cenar que yo todavía podía esperar. La cesárea me la hicieron a las 11:30, según ellos de urgencia. Ya me direis la urgencia que se dieron, cuando mi hija dejó de vivir a las 10:30.
A las 9:30 de la noche el anestesista vino porque tenía dolores y yo le decía, le suplicaba entre llantos que no quería que me pusiera más anestesia, que no quería, que me daba igual el dolor, que por favor me hicieran una cesárea que mi hija estaba sufriendo. Y les dió igual, y a pesar de mi negativa, me pusieron más anestesia.
Y lo de que esperaron a que se vaciara la sala de reanimación de parturientas, ellos mismos se contradicen, porque si efectivamente no había nadie y estábamos sólos, ¿para que me pusieron un biombo para preservar nuestra intimidad?
En fín que sé que el camino es largo, que es duro y difícil, sé que no van a admitir su culpa, pero al menos me hubiera gustado que de alguna forma hicieran ver que su actuación en lo sucesivo será todo lo humana y profesional que se espera de un colectivo como el de ellos. Aunque supongo que den la respuesta que den, nada podrá calmar nuestro dolor.
Hija, sonrio y lloro cuando recuerdo. Tu mi alegría y mi pena, sin embargo he de pensar que lloro porque una vez te tuve, que no haberte tenido nunca. Te queremos.
Desde el primer momento nos lo dijeron. Nuestros abogados ya nos advirtieron de que la lucha sería larga y posiblemente muy lejos de lo que en realidad esperábamos, pero verdaderamente no me podía imaginar lo penoso que está resultando.
Todos los días lees en los periódicos, escuchas en la televisión, oyes quizás en la radio, noticias que te hablan de una injusticia, de esta u otra cosa, pero todos los días y tu no entiendes y te preguntas si es que la justicia no es igual para todos y si es que una vida de una persona vale más que la de otra y sobre todo la importancia de morir en manos de una u otra persona. Y no entiendes. Sigues sin entender porque para ti, la vida es la vida, y una injusticia es una injusticia.
Y a pesar de revolverte el alma, pones la esperanza con cada carta o llamada relacionada con tu caso, pensando en que al final todo el sufrimiento, todo el dolor, toda la impotencia que nos hicieron pasar ha tenido una respuesta, al menos, justa, coherente.
Pero cuando va pasando el tiempo y por un lado la respuesta que te dan no es la que esperabas y por otro la justicia se hace todavía más lenta en según que casos, entonces te dás cuenta de que tristemente tu has venido a formar parte de ese grupo de noticias que cada día escuchas o lees en las que te ves que la justicia no es igual para todos.
Y es que han pasado 2 años y siete meses desde que murió mi hija y aun no se sabe nada de la querella criminal que presentamos, ya que para que pueda evolucionar o no es necesario que los forenses judiciales hagan un informe con toda la documentación que les facilitamos y con la que ellos han ido recabando y a fecha de hoy todavía no se ha hecho, no se ha llamado a declarar a los implicados, y no sabemos siquiera si una vez hecho el informe, se abrirá causa directamente, se llamará antes a declarar a los susudichos, harán un careo o por el contrario nada de esto sucederá y sin más, la denegaran.
Aunque quieras creer, sigues sin dar crédito a todo esto, porque si hubiéramos sido mi marido y yo los que tan sólo hubiéramos dado una bofetada a alguno de los médicos, hace tiempo que no sólo habríamos declarado, sino que ya estaríamos hasta juzgados y condenados. O si yo hubiera dado a luz a mi hija en mi casa y después la hubiera abandonado, como tantos casos se oyen, ya me habrían juzgado también.
En Murcia, más o menos por la fecha de mi hija, mataron a una médico en Moratalla. El hombre ya está juzgado y encerrado aunque murió un tiempo después. A ella se le han hecho multitud de conmemoraciones, recuerdos póstumos, minutos de silencio en la puerta de las clínicas y hospitales....
Y mi hija, ¿dónde está la justica para ella?, ¿quién se acuerda de ella? ¿Es que no tiene el mismo valor su vida que la de esa médico? Se habla del maltrato a los profesionales sanitarios, pero ¿quién piensa en el maltrato físico y psicológico por el que ellos nos hacen pasar a los pacientes?. ¿Quién piensa en nuestra indefensión?
Sólo espero, que aunque tarde, aunque lenta, aunque distinta en los modos y las formas, se haga justicia porque nada ni nadie podrá devolverme a mi hija, nada ni nadie podrá borrar de mi mente aquel día, nada ni nadie podrá hacer que este dolor desaparezca, pero si al menos se hace justicia, podré descansar y tener un poco de paz.
Ángela, ya falta menos y sólo espero que el dolor y la rabia no aumenten para poder dejar paso a un estado de paz y resignación. Te queremos.
YA FALTA MENOS
Cuanto más pasa el tiempo más miedo tengo. Miedo a que no se haga justicia, miedo a seguir sintiendo este dolor tan inmenso a pesar de que SÍ se haga justicia, porque me repito una y otra vez que quiero que ya termine para así comenzar como una etapa nueva, pero en el fondo sé que nunca podré cerrarla completamente y que sólo es cuestión de acostumbrarme, de aceptarlo.
Y es que, es dificil de explicar lo que siento, ya que por supuesto y sin ningún tipo de duda quiero y necesito que se haga justicia, pero al mismo tiempo el corroborar las pruebas que hay, el afirmar todas y cada una de las circunstancias que pasaron, el demostrar que efectivamente viví lo que viví, me hace retorcerme de rabia e impotencia pensando en todo lo que mi hicieron pasar, en todo lo que le hicieron pasar a mi marido y por supuesto, en todo lo que le hicieron pasar a Ángela, sin necesidad, sin motivo, sólo por que no les dió la gana de escucharme, de mirarme, de atenderme, de creerse por encima de todo.
No sé si llego a expresar lo suficientemente claro lo que siento, porque cuando los hechos, las evidencias, lo único que hacen es volver a mostrarte una película de aquel día, vuelves a saber que ella estaría viva si me hubieran escuchado. Era tan facil salvarla. Tan facil, que aún no te explicas porque, porque, porque. Es como cuando uno sueña una pesadilla de la que sólo puede escapar si despierta, pero no ocurre, no te despiertas. Sólo hay que despertarse para que el terror, el miedo, el dolor pase. Pero en esta ocasión no hay forma de despertarse y la pesadilla te acompaña allá donde vayas y lo único que te queda es intentar imaginar que tu hija fue recogida en unos brazos amorosos, que quizás la Virgen bajara para recogerla y que ahora ella está en un lugar mejor, lleno de ángeles, flores, arcoiris y sobre todo amor.
En los días en los que el cielo está lleno de grandes nubes blancas, le digo a Juan Carlos: -" Mira, hoy nuestra hija tiene un precioso jardín de nubes de algodón". Es con eso con lo que Juan Carlos y yo tenemos que vivir, tenemos que conformarnos, por eso al menos, aunque la pesadilla nos acompañe el resto de nuestra vida, ojalá que se haga justicia.
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