martes, 10 de enero de 2012

DE NUEVO LA INHUMANIDAD EN UN ENGAÑO

Han pasado ya tres años. Durante todo este tiempo me he mantenido dentro de lo que cabe con serenidad y sosiego con respecto a la justicia queriendo mantener en todo momento la creencia y la fe en la justicia y pensando que tanto dolor tiene que tener su castigo.

He creido igualmente que al ser las víctimas, que al ser nosotros los que habíamos perdido a nuestra hija, o mejor dicho a quién se la habían arribatado de forma tan cruel y tan sin sentido, todos los engranajes de la justicia, personal y material se pondrían manos a la obra, se hecharían las manos a la cabeza y hasta se les pondrían los pelos de punta ante tanta incompetencia, tanta falta de profesionalidad, tanta inhumanidad y tanto sufrimiento generado de forma innecesaria y gratuita.

Pero nada más lejos de la realidad. Hace tres años que murió Ángela y tres años en los que la querella criminal presentada dos días después de su muerte, está parada y sin avanzar y todo por culpa de la forense que debe emitir un informe para que el proceso pueda seguir su curso, porque sin él, el juez no va a actuar y de él depende que el proceso se inicie o no, se llame a declarar a los médicos y matronas (que aún no lo han hecho, tiene gracia) o no, que directamente se abra el proceso o que decidan archivarlo sin más, pero sea cual fuera el paso, hasta que no esté el informe estamos parados y ella tiene toda la documentación en sus manos desde hace más de dos años y medio.

El juez la ha reclamado en tres ocasiones y el abogado otras varias entre las que siempre nos ha mantenido con el corazón en un vilo por las mentiras constantes sobre su inminente envío del informe al juzgado y así desde antes del verano.

Y ante la última mentira vertida a nuestro abogado en el que le decía a finales de noviembre que entre viernes y como mucho ese lunes siguiente sacaba el informe y llegar ese día e incluso dejar pasar todavía unos días más y de nuevo no tener respuesta,  ya mi espera no pudo más, mi angustia por saber su decisión tanto tiempo esperada se vio desbordada y al saber que una vez más nos había mentido el agobio, la rabia, la ansiedad contenida durante tanto tiempo se me vino encima y sufrí una terrible crisis de ansiedad que casi me deja sin respiración. Estaba en el trabajo y tuve que llamar a la psicóloga porque pense que me ahogaba y ella intentó tranquilizarme, pero me dijo que demasiado bien lo estábamos llevando y que no tuviera miedo, que era normal sentirme así, que intentará canalizar los sentimientos y que en unos días iría mejorando.

He mejorado, es cierto, ya no me ahoga, pero ha desencadenado en mi un estado de rabia constante, de impaciencia, de desasosiego, de poca espera, de irritabilidad ante cualquier cosa que yo antes no tenía a pesar de todo el dolor a cuestas. Se ha presentado una queja contra ella pero nos toca seguir esperando, aunque espero que la espera sirva para algo y tenga sus frutos.

No bajaremos la guardía Ángela, cueste lo que cueste aquí seguiremos luchando cada día por que te hagan justicia. Te queremos.