lunes, 30 de julio de 2012

UN POCO DE "VIVIR"

Queriendo, buscando y dejándote llevar por buscar y descubrir sitios nuevos y nuevas sensaciones en forma de relax, de evasión, o también como es nuestro caso, gastronómicamente, pues hemos dado con un lugar maravilloso en todos los sentidos y lo tenemos aquí mismo, en España y muy cerquita de donde nosotros vivimos. Estoy hablando de Calpe. Lo descubrimos el año pasado y ya este año hemos ido algún fin de semana que otro. Bueno en realidad, nos hemos ido los sábados por la mañana, pero como lo tenemos a una hora y poco nos ha dado para mucho y la verdad, es que nos encanta.

Las playas son alucinantes, con el peñón de fondo. El mar de un verde esmeralda y por lo general, muy calmado, permitiéndote poder mirar al fondo, donde el cielo y el mar se unen y entonces puedes ver la inmensidad del mundo y sentir una enorme paz, haciendo que por unos instantes todo a tu alrededor quede en suspenso. Me gusta poder sentir esa sensación porque puedo olvidar por unos instantes todo el horror y la angustia. Me gusta poder compartir esa sensación, esos minutos, horas, con mi Juan, y saber que estamos juntos frente a todo, y que seguimos los dos en pie a pesar de muchas cosas. Y me gusta poder experimentar la vida desde la parte buena, desde el lado de la felicidad, de la alegría y la despreocupación.

Y bueno, este lugar ha conseguido esto, pero además nos ha enamorado gastronómicamente, porque a los dos nos gusta mucho comer y nos gusta el marisquito, pero con los precios que tiene pues uno no puede permitírselo cuando sale fuera, sin embargo en este sitio, en la zona del puerto puedes alucinar, literalmente, porque es un bar-restaurante con otro, uno con otro, todos con vitrinas exponiéndote bandejas y más bandejas de variado marisco a unos precios alucinantes, vamos para poder darse un caprichito y si encima lo acompañas con una buena botellita de vino blanco o sangría fresquita, pues ya es el nova más. Pero si es que tienes un día que no te apetece marisco y prefieres pescado, tanto en el puerto como en los restaurantes a pie de playa, puedes comer un pescado realmente bueno y alucinas igualmente.

En fin que para nosotros, ha sido todo un descubrimiento este sitio porque ha conseguido dejarnos llevar por unos momentos de paz, por una buena comida, por una añoranza agridulce que nos daba para sentirnos bien aunque nuestro pensamiento al mirar al horizonte se fuera a Ángela y esa sensación me gusta porque es como poder sentirla más cerca pudiendo compartir con nosotros esos buenos momentos.

Te quiero mi vida, te quiero y quiero tenerte siempre a mi lado. Quiero que estés en cada paso, en cada mirada de amor, en cada beso de ternura, en todo y todos. Te queremos.