lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD.


JUAN CARLOS Y YO DESDE AQUÍ Y LA PEQUEÑA ÁNGELA DESDE EL CIELO Y NUESTROS CORAZONES, OS DESEAMOS UNA FELIZ NAVIDAD.














Un beso muy fuerte deseando todo lo mejor del mundo y que todos los sueños se hagan realidad.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

YA ESTÁ AQUI, YA LLEGÓ

Ya llegó, ya está aquí. Sí, de nuevo las navidades han llegado y este año también hemos podido poner el árbol, los adornos y el belén.
Sí, este año de nuevo y a pesar de muchas cosas, de las ausencias, de la tristeza que nos acompaña en una parte de nuestro corazón, y de otros sinsabores que nos puede dar la vida a todos, la vamos a poder celebrar.

Y la vamos a celebrar porque estamos juntos, porque tenemos unos maravillosos amigos, porque los pequeños que nos rodean son especiales, porque la familia que nos queda pueda vivir unas buenas navidades, y porque la revisión de Juan Carlos ha salido bien, y todo ello, y en especial esto último, ya es mucho para nosotros.

Serán unos días de sentimientos encontrados, porque en estos días,  es a los que faltan cuando más los hechas de menos. A mi cuñado por ser la alegría de las fiestas. A mi madre por ser todo generosidad para compartir, y a mi pequeña porque las fiestas sean cuales sean, pero especialmente las navidades, son de los niños y sin ella, la casa está en silencio.

Esa será la parte triste, nostálgica, y de recuerdos, muchos recuerdos, pero tampoco dejaremos que el silencio nos envuelva, y procuraremos llenar la casa, con amigos, familia y pequeños que nos ayuden a cantar villancicos, pedir el aguinaldo, preparar mil y un bocados, dejar la cocina hecha unos zorros y la bodega medio vacía o vacía entera y procuraremos que con todos juntos la casa no esté en silencio en estos días, y que sólo se oigan risas, panderetas, grititos de ilusión y el sonido de besos, muchos besos.
Ojalá que en todas las casas haya un motivo para sonreír, por pequeño que sea, por muchos momentos duros que nos haya tocado o nos estén tocando vivir, porque al final, lo importante es poder contar con alguien que te tienda la mano y que no deje que tu casa esté en silencio.

Mi estrella gordita, brilla en el firmamento para iluminar en estos días todas las tristezas del mundo. Te queremos.

viernes, 14 de diciembre de 2012

LAS DISTINTAS VISIONES QUE NOS AYUDAN

En cuanto a lo de las hermanas, hay multitud de opiniones y muy variadas, jejeje, y es que supongo que cada uno en su vida encuentra su resorte de maneras diferentes y eso está bien, y no es que yo no tenga un maravilloso resorte en mi marido, para nada, de hecho ya lo puse en el post que le dediqué, que es el pilar de mi vida, lo que pasa es que he sido siempre una persona que ha necesitado mucho apoyarse en alguien, y a lo largo de mucho tiempo y muchos sin-sabores me he encontrado sola sin saber muy bien donde poder cogerme y en quien confiar.

Ahora tengo a mi marido, bueno desde hace 25 años, entre novios y casados, una bonita relación con una "mejor" amiga (mi amiga-vecina), otros maravillosos amigos, e incluso con mis hermanos, aunque no llega a ser con ellos, por lo menos para mi, lo mismo que si hubieran sido chicas, y no sé muy bien si es por mi forma de ser, porque soy algo vergonzosilla, un poco retraída (aunque ahora ya menos), porque hay ciertos temas que no me sale el hablarlos con ellos por considerarlos un poco tabú para hablarlos entre hermanos y hermanas, o porque durante mucho, mucho tiempo no nos terminamos de llevar bien.

Yo por ser la mayor y además chica, en mi casa me exigían una serie de cosas y a la misma vez, tenía otra serie de privilejios y quizás estos últimos despertaron en ellos una serie de envidias que nos llevaron a distanciarnos, a no comprendernos, a no escucharnos, a hacer cada uno su vida y por supuesto a no contarnos nada porque no nos teníamos confianza. Con Juan Carlos en escena, la cosa fue peor con uno de mis hermanos, porque muchas veces, mi madre,  hacía comparaciones entre ellos y ponía de ejemplo a mi Juan para muchas cosas y eso los sacaba de quicio, en especial al más pequeño. No veían más allá y por mucho que mi madre, Juan Carlos, mi padre o yo quisiéramos que formaran parte o formara parte de la familia, él se empeñaba en sentirse excluido.

Pero es curioso, como todo lo que fue desunión durante toda nuestra vida, se convirtió en verdadera unión, cariño, comprensión y apoyo al morir mi madre. Ya sabéis que yo lo pasé muy mal, y que gracias a mi marido sobreviví, pero también de alguna forma el apoyarnos, el intentar salir los tres adelante, y el querer que al menos mi madre se sintiera feliz y orgullosa en el cielo, nos sirvió para darnos cuenta, que ahí estábamos los tres, bueno los cuatro, porque Juan Carlos es como un hermano mayor para ellos, y que en muchos momentos nos olvidamos de nosotros para darnos cuenta de cómo estaba el otro o cúal era el que más necesitaba nuestro apoyo. Y así salimos adelante, y aunque sigo sin tener esa confianza que hecho de menos en una hermana, quizás en estos tiempo todavía más por la ausencia de mi madre y de mi hija,  si que es verdad, que hoy por hoy, me llevo muy bien con mis hermanos, que nos preocupamos, que el que más problemas dió y más envidia tuvo, ahora es el que más pendiente está de los demás y que incluso cuando murió Ángela, me dijeron que él lo pasó muy mal porque no sabía como podía ayudarme,  y que tratamos de conocernos y saber hasta donde puede llegar y dar cada uno para respetarnos.

Antes no lo hacía, sólo a mi marido, pero desde que murió mi madre y Ángela, he aprendido a decir más "te quiero", a ellos, a mi padre, a mis amigos, a mi ahijadito...... No todas las desgracias dejan cosas malas, también he sacado muchas cosas positivas que intento aplicar en mi día a día, en esta montaña rusa de sentimientos, en la vida misma.

Mi vidita pequeña, pedacito de mi, de mi alma, de mi ser. Te queremos.

martes, 11 de diciembre de 2012

LAS CONEXIONES EN COLOR ROSA

Yo soy hija única, bueno tengo dos hermanos menores que yo, pero chicos. Me refiero a que no tengo hermanas y es algo que siempre he echado de menos. No sé, tener esa confidente amiga, esa mano dispuesta a apoyarte siempre, esa persona con la que poder compartir secretos de adolescente, alguien con quien poder ir de compras y dedicar una tarde de chicas, con quien pudiera tener la suficiente confianza como para sentirme totalmente cómoda estando en su casa o ella en la mía fuera la hora que fuera, una persona con la que nos riéramos de las mismas cosas, y sobre todo, una persona con la que tuviera la sensación de saber que no en todo vamos a estar de acuerdo y vamos a ver las cosas de la misma manera, pero nos respetaríamos y sabríamos ver y estar para lo importante.

 Aunque he tenido y tengo muchas amigas, siempre he buscado una relación especial, una "mejor" amiga, una amiga "preferida" con la que sentir un poco eso que yo creía que era distinto al tener una hermana. Y bueno,  en alguna ocasión he creído encontrarlo, pero luego, el sentimiento no ha sido mutuo, es decir, sí, hemos o somos muy buenas amigas, pero no hay esa conexión especial, bien por mi parte o bien por parte de ella, y además ya en alguna ocasión me he llevado un chasco o una desilusión cuando pasado un tiempo ves como es esa persona realmente o no es lo que a primera vista parece.
(Hoy por hoy, si creo tenerla y ser mutuo.)

Con mi madre tenía buena relación, pero no era esa relación maravillosa que a ella le hubiera gustado y que yo tampoco supe darle, no tenía con ella esa sensación de cómplice que me hubiera gustado tener con una hermana, porque supongo, que son dos relaciones distintas, por muy bien y estupendamente que te lleves con tu madre, al final, es tú madre.

Y bueno, es curioso y no sé muy bien por qué he necesitado en mi vida esa figura y es quizás en los últimos tiempos y concretamente hace unos días, cuando andando por Murcia, ya de noche, con frió y sola, al entrar en una calle muy conocida de aquí y con muchas tiendecitas, fui viendo a muchas parejas o tríos, de mamás e hijas y de mamás, hijas y cochecitos de bebé, viendo escaparates, hablando animadamente con otra pareja de mamá-hija, o trio de mamá-hija-cochecito y trio de mamá-hija-cochecito o quizás hermanas más cochecito, o mamá, hermana y hermana  (vaya trabalenguas) y la verdad,  es que sentí una profunda tristeza y una tremenda sensación de soledad, de vacío, de añoranza, de melancolía, y lo que se inició como una pequeño paseito de vuelta, se convirtió en una necesidad imperiosa de poder llegar a mi casa, llorar y sentirme refugiada y a salvo. Mi marido el pobre me consoló, pero no sé si a pesar de tener la compenetración que tenemos, llega por un momento a imaginarse esa sensación que a veces experimento, porque sé que a veces soy muy complicada y me cuesta poder expresarme para ser entendida.

Hija eras chiquita, pero tan tan grande, que dejaste un enorme hueco en mi vida. Te queremos.