jueves, 2 de octubre de 2014

HOY TOCA DISFRUTAR DE SU DIA

Bueno siempre lo digo y lo he comprobado una y mil veces, la vida está hecha de momentos, unos buenos otros malos, una de cal otra de arena, y como ya sabemos que los malos vienen solos y además sin esperarlos, de nosotros depende el disfrutar de los buenos momentos.
Estos días atrás nos ha tocado de nuevo vivir una amarga pérdida, es de los momentos malos, los que llegan sin avisar y ahí no podemos hacer nada, y aunque vendrán días malos, menos malos, ratos largos o cortos donde el recuerdo sea más pronunciado, también tenemos que dejar paso a esos días buenos y ratos más largos o más cortos que nos hagan la vida más llevadera, más feliz y nos ayuden a llenar el alma con un soplo de energía.

Uno de esos días buenos ha sido este lunes pasado. Mi pequeño ahijado celebraba su cumple, aunque era al día siguiente, por motivos de reserva de sitio, pues tuvo que ser el lunes. 
6 añitos ya. Los mismos que cumpliría Ángela dentro de unos días. Pero la verdad es que ese día es de él, es decir, procuro que el recuerdo, la tristeza, no me impida disfrutar de ese día tan feliz para él, para sus padres y para todos los que lo queremos con locura. Es su día, su fiesta, su tarta, sus amiguitos, sus regalos, su cara de sorpresa al ir desenvolviendo los regalos, su alegría infinita por saber que todos los que lo queremos estamos ahí compartiendo con él un añito más.

Era un local de esos que ahora están de moda que se alquilan para ese día, y tiene cocina, mesas para los peques con el trono para el cumpleañero, mesas para los mayores y por supuestísimo el famoso parque de bolas, colchonetas y demás. Yo me fui antes con mi amiga-vecina, el cumpleañero y su hermanita para ir preparándolo todo, bocadillos, mesas, platos etc, pero además como habían invitado también a mis dos sobrinitas pequeñas, porque también se conocen y los pequeños se llevan super bien, sobre todo mi ahijadito y mi sobrinita mayor, y mi cuñada trabajaba y no iba a poder llevar a las dos peques más tarde,  pues le dije que me las trajeran y ya me encargaba yo de estar pendiente de ellas, así que cinco minutos después de llegar al local allí estaban también para dejarme a los dos mengajas. Una tiene tres años y medio y la otra uno y medio, ésta es la que es también mi ahijada.
Y bueno, ya fue un no parar. Preparando bocadillos, saliendo cada 5 segundos a mirar sobre todo a la pequeñita, luego empiezan a llegar invitados, sigue pendiente de las peques, luego sacar la comida, mirar a las peques y darle juego a la más pequeña porque la otra iba a su bola, ir dando agua o refrescos al que me iba pidiendo, darles palomitas cada dos por tres a varios pequeños, ir a llevar a mi sobrina mayor al baño cada vez que me lo pedía,  a la pequeña venga vasos de gusanitos, y agua cuando estaba seca, jajajaja. Después sentarme al lado de mi sobrinita mayor para ir dándole el bocadillo. Luego la tarta, la comida para los mayores, el potito de mi sobrina pequeña, pasearla en el carricoche para que durmiera un poco, regalos, recoger. Esperar a que llegaran mis cuñados para que se llevaran a las crias e irnos todos. Llegar a mi casa, preparar la comida del día siguiente y ducharme.

Cuando me senté por fin en el sillón me dolía hasta el alma, jajajajaja. Pero yo quiero dolor de esos todos los días, porque es verdad que fue un no parar, pero había tanta alegría, tanta ilusión, tanta felicidad, tanto amor, tanto cariño, tanta cara iluminada que hace que ese dolor sea sólo para recordarte que has vivido   uno de esos días que toca que sean buenos y que lo has disfrutado al máximo.

Mi amiga-vecina luego me puso un mensaje para darme las gracias por todo y también a Juan Carlos por hacer el esfuerzo de ir estando tan cerca lo de su madre, pero las gracias son nuestras a ellos por poder compartir esos maravillosos momentos con ellos, porque esos momentos son impagables, las risas, la alegría, la emoción, las caritas, ...... y sí, piensas, pero no dejas que te ensombrezca lo maravilloso de ese día. Quiero poder seguir disfrutando y sobre todo darme cuenta cada día, de las cosas, por pequeñas que sean, que hacen que la vida sea más fácil vivirla.


Estás con él cada día. Yo lo sé hija mía. Hubierais sido tan buenos amigos, estoy segura. Sigue cuidándolo desde el cielo hija. Te queremos mi precioso tesoro.