jueves, 20 de junio de 2013

EL VAIVEN DE LA VIDA

He estado desconectada. Muy desconectada de este mundo blogueril, y no por no tener que contar y tampoco por no tener que leer, es decir, seguir vuestros blog, pero es que necesitaba desconectar un poco, dejar por unos días que mi mundo se centrara un poco y que después de los últimos acontecimientos relacionados con nuestra última aventura pudiera centrar mi vida un poco y a la misma vez pudiera dejar escapar las últimas briznas de esas brasas que he intentado ir alimentando durante todo el viaje de ser padres de nuevo.

Creo que no lo he conseguido del todo. Creo que todavía quedan algunas pequeñas brasitas en mi corazón, pero sé que deben quedarse en eso, en pequeñas brasitas. Sé que no tengo que volver a alimentarlas y sé que mi mayor anhelo sería tener a Ángela y poder disfrutar de ella. Igualmente sé que eso no es posible y por tanto, aunque me hubiera gustado, nos hubiera gustado volver a ser padres, es a ella a la que siempre echaremos de menos y no, el "haber tenido más hijos", aunque ya digo que nos hubiera gustado y mucho.

Pero en fin, es lo que hay y durante estas semanas sin comunicarme a través de mi blog, hemos intentado centrarnos en lo que sí tenemos, en lo que sí podemos disfrutar y en lo que sí debemos aprender a vivir.
Hemos hecho muchas cosas, no grandes cosas, pero sí muchas cositas, que han ayudado a que una vez más, la caja de recuerdos buenos para los momentos malos, vaya llenándose y colmando de brillo y alegría nuestro corazón.

Entre todas las pequeñas cositas que hemos hecho, fuimos a ver a "Los Vivancos". No había oido hablar de ellos, la verdad, y creo que es la actuación más maravillosa, más emocionante, más.... , es que no sé como explicarlo. Es que la estaba viendo y tenía el corazón henchido de emoción, de alegría, como si se me fuera a salir. Lo disfruté muchísimo y Juan Carlos también, sobre todo de verme a mi como me gustó. Para los que no lo habéis visto, lo recomiendo al 100%. Un espectáculo estupendo de principio a fin.

Os dejo un pequeño enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=P-_qy0BPddQ




También hicimos una pequeña escapadita mi Juan y yo a un hotel muy chulo en Altea. Fue una escapada romántica y estuvo muy, muy bien. El hotel súper bien, Altea muy bonita y las playas, bueno, personalmente a mí me gustaron para poder disfrutarlas en invierno-primavera-otoño. Es decir, que como tienen muchas piedras, no son de arena, pues para estas épocas están super bien, porque puedes acercarte al mar casi, casi, hasta el mismo borde sin mojarte, y haciendo buen día, claro, es muy relajante, poder sentarte en la misma orilla y tener el mar a tus pies. También 100% recomendable. Sobre todo y principalmente si vas con la mejor de las compañías.

Y bueno, también un poquito de aquí y de allá, saliendo con los amigos, disfrutando con los ahijaditos, yendo de comunión, aunque está última fue un poco mezcla de sentimientos y sensaciones, porque era la comunión del hijo mediano de los amigos de los que somos padrinos de la pequeña (nació dos semanas después de Ángela), porque en la comunión de su hermana mayor, yo estaba embarazada de mi pequeña y mi amiga de su hija de la que somos padrinos. Uf, un poco trago, pero en general bien, porque ellos son estupendos y su familia y el resto de sus amigos, asi que dentro de todo, estuvimos a gusto.

Luego llegó también el bautizo, y también otra mezcla grande de sentimientos y sensaciones. Conteniendo lágrimas y al mismo tiempo sonriendo. Siendo felices y a la misma vez estando tristes. ¡Es todo tan distinto a como lo habíamos soñado! Pero ahí aguantamos como dos campeones.

Juan Carlos se ha hecho de nuevo su revisión y todo bien. Los días previos siempre se pasa mal, sobre todo él, que no puede evitarlo y yo lo entiendo. ¡Lo entiendo tanto!, pero lo paso tan mal viéndolo así y no pudiendo hacer nada. Ya empieza de nuevo a respirar en cuanto sale de la consulta del médico y yo vuelvo a sentirme bien, viéndolo a él relajarse y dejando que la sangre vuelva a fluir por sus venas.
¡Estamos juntos cariño, siempre, siempre.!

También hemos tenido que pasar por la hospitalización de mi sobrinita, la hermana de nuestra última ahijadita, que tiene dos añitos. No ha sido nada grave, sólo una gastroenteritis aguda, pero ya se sabe que con los niños hay que llevar cuidado con las deshidrataciones, así que mejor prevenir. Daba una lastimica verla con su bracito vendado para poder sujetarle mejor la vía. Pobrecilla. Aquí también nos tocó vivir otro momento duro, sobre todo para mi. Porque en el hospital donde estaba, está unido infantil con maternidad y bueno, cuando la pequeña en su desesperación me hacía ir a darle paseos por los pasillos, pues me tocaba ir viendo como en las habitaciónes abiertas, estaban las mamás con sus recién nacidos en brazos. pero ¿cómo le explicaba yo a la pequeña que no quería salir de la habitación, qué sólo estaba allí por ella y que no quería ver ni oir nada más? Pero en fín, al final uno hace tantas cosas olvidándose de uno mismo.

Y ayer, otra mezcla de sentimientos. Ayer fue el festival de los pequeños en el colegio. Fuimos a ver a mi pequeño ahijadito y como no, en seguida piensas en Ángela. Hubieran ido los dos juntitos al colegio y ahora estarían los dos bailando juntos, pero no puede ser y sé que mi pequeña desde el cielo lo coge a él de la manita para que siempre sea el que más brille. Y qué bonico. Que gracioso y que cosa más dulce, tierna, y cariñosa de crio. Bailó super bien y estaba que no cabía en sí, de ver a su madre en primera fila grabándolo, a su madrina detrás haciéndole fotos y a su padre con su hermanita en brazos y su padrino detrás nuestra mirándolo y haciéndole gestos como locos.

Asi que, en todo este tiempo he hecho muchas cositas. Unas me han ayudado a evadirme por completo y otras aún siendo una mezcla de sentimientos, han ayudado a dejar salir todos los sentimientos que lleva uno, día tras día y que es también bueno dejar escapar. Mi mundo sigue sin estar centrado del todo, y los vaivenes siguen y seguirán, pero ahí seguimos. Aprendido a vivir con cada acontecimiento, con cada momento, con cada recuerdo.

Aprendo a vivir cada día, pero sigo sin entender, sin dejar de buscarte. Te queremos mi pequeña.