jueves, 26 de febrero de 2015

DERRIBANDO MURALLAS

Ando unos días un poco loca, un poco o un mucho cansada, un poco también de agobio, tristeza, bajón, ¡uffff!. Un poco de todo. Y es que claro, no todos los días son buenos, y no siempre puede uno con todo y encima con el ánimo intacto, pero bueno, como digo muchas veces: "¡Ahí vamos!, que ya es un mundo.

Estoy todavía liada con lo del tiroides, porque no termina de regularse después de la pastillita de yodo, y es que el hipotiroidismo que se suponía que iba a desarrollar en dos o tres años, pues lo he desarrollado en dos meses y claro ahora mismo tengo todas las hormonas revolucionadas, aunque la verdad, es que con la medicación que me mandó el endocrino voy mejor y eso que en la última revisión de hace dos semanas, me dijo "que aunque ahora mismo las cifras me den bien, hasta dentro de dos o tres meses no se estabilizará todo y que si llego un día a consulta y le digo que estoy viendo un burro volando, él se lo cree por como he tenido y tengo las subidas y bajadas tan grandes de hormonas", jajajajajajaja. 
En fin, poco a poco, voy mejor y eso es lo importante, lo que pasa que al principio me agobié un poco porque uno de los síntomas de este descontrol era el cansancio extremo que sentía, pero como digo, voy mejor, así que paciencia.

Entre medias como siempre, intentando no dejarme vencer por las pequeñas cosas del día a día, jajajajaja, pues bueno, hemos seguido nuestra rutina "obligada" y fantástica de quedar con los amigos y pasar buenos ratos siempre que podemos y todavía más, porque es lo que nos llena el alma, lo que nos da fuerzas para seguir cada día, lo que hace que la vida sea más fácil, mejor, y tenga todos los alicientes para seguir valorando y disfrutando las cosas. 
Una noche de tapeo con jamoncito, quesito, patés y vinito tinto en mi casa con nuestros amigos vecinos, entre semana, para hacerla más corta, más amena, más llevadera y enseguida el fin de semana.
Un domingo en la nieve con nuestros amigos-vecinos, o intentándolo, porque ese día toda Murcia decidió hacer lo mismo que nosotros y fue toda una experiencia encontrar nieve desviándonos de la caravana de kilómetros que nos encontramos, jajajajajaja, pero lo conseguimos y nos reímos y además luego ganamos con la estupenda comida que nos pegamos.
Otro día de comida en mi casa, celebrando el cumple de mi hermano y recordando.......... 
También celebración del cumple de mi pequeña ahijadita. Dos añitos ya. Disfrutamos más los mayores que ella, porque la pobrecita estuvo llorando con tanto jaleo y con tanta gente.

Momentos, momentos, buenos momentos. 

Pero no siempre es todo bueno, lineal, continuo, y como lo malo viene sólo y sin esperarlo, pues toma, mi suegro ingresado durante diez. En principio nada grave, vamos de vida o muerte a si a primera vista, pero claro uno ya esta harto de tanto susto, de recibir sin esperar las cosas y claro, ya no te fías y aunque ya está en casa después de 10 días, pues la verdad es que ha sido duro, cansado, triste, de miedos, incertidumbres, agobios, bajadas de ánimo y desaliento, por la situación, por no entender otras cosas, por los recuerdos, por la necesidad de evasión, por la incomprensión, por la soledad, por muchas cosas a la vez hacen que la cabeza mande sobre el corazón, sobre la razón y los peldaños que cada día intentas subir, los muros que vas aprendiendo a derribar para que no puedan sobre ti, las nubes grises y el aire enrarecido que te ahoga pero que haces por apartar para ver el sol, para respirar, respirar, respirar........, te cuesta. Cada día luchas contra todo eso, pero a veces me puede. Sólo hay que olvidar estos días, volver a ver el sol, dormir, tomar una cerveza con las amigos, reírse, reírse, reírse, de lo que sea, de todo. Sentirse querido, sentirse seguro, a salvo, confiar.

Menos mal que finalizando estos días grises, y también teniendo en cuenta que mi suegro estaba bastante mejor y ya sin riesgo aparente, teníamos pendiente desde hacía varios, bastantes meses una quedada con unos buenos amigos y que independientemente que nos apeteciera mucho por despejarnos la cabeza, es que es de esas salidas que haces como cuando eras joven, bueno más joven, jajajajaja, es decir de tasca en tasca y tiro porque me toca, aunque la diferencia con entonces, es que ahora lo haces alternando la cervecita con las tapitas, para terminar con el cubatica y luego los churros con chocolate de rigor. Es diferente de salir a un restaurante y luego a tomar una copa, en plan más tranquilo. La verdad es que lo pasamos muy bien.

Momentos, momentos, momentos. En la vida hay tiempo y momentos para todo, pero es que los malos momentos vienen solos, así que hay que buscar los momentos buenos. Cuantos más mejor.¡¡¡¡¡¡¡¡
Ahora espero que en estos días mi ánimo vuelva a resurgir en todo su esplendor y que la normalidad vuelva también en todo su esplendor. Poco a poco. Poco a poco.

A veces me siento pequeña, muy pequeña Ángela y me gustaría tenerte entre mis brazos y a la misma vez que los brazos de mi mamá nos recogieran a las dos en su regazo, y sentirme protegida, a salvo entre las dos. Te queremos.

viernes, 6 de febrero de 2015

DE ENCUENTROS, BUENAS PERSONAS Y RECUERDOS



Hace unos días, volvimos a reunirnos con los papás de Hugo. Era un encuentro que teníamos pendiente desde nuestro primer encuentro en su casa y que habíamos quedado que el siguiente sería en nuestra casa para después del verano, pero entre la muerte de mi suegra, mis problemas de tiroides, la navidad nostálgica-triste más problemas de salud, hicieron que el encuentro tuviera que posponerse una y otra vez, hasta, como digo, hace unos días.

De nuevo fue un encuentro muy, muy agradable, con la sensación de conocerlos de toda la vida y donde las conversaciones pasaban de una cosa a otra con total naturalidad, con total fluidez, sin sentir nada forzado y donde hubo, al menos así lo sentimos nosotros, mucho cariño contenido en muchas emociones, en palabras, en miradas, en gestos.

Lo he dicho en alguna ocasión pero es que es así, ¡hay que ver, como de algo tan doloroso, puede sacarse algo tan bonito, como es conocer a una familia maravillosa!, y poderte sentir identificada en muchas cosas, no sólo por el dolor, sino por lo que ese echo doloroso nos ha ido enseñando a aprender de la vida, ha mejorarla, a valorar y disfrutar de muchas cosas, a priorizar, a darle a las cosas la importancia que realmente tienen, a vivir con el dolor pero también con todo lo bueno que nos rodea. A ver.

Al final y sin tenerlo en cuenta, este encuentro me sirvió como una recarga de energía positiva para el aniversario que vendría en unos días, el 27 de enero, Santa Ángela. Para mí ese día es muy especial, porque ese día fue cuando me hicieron la transferencia de embriones, y ella ese día empezó a luchar y a formar parte de mi.

Aún sigo acordándome de la llamada de esa mañana de la clínica, para decirnos que fuéramos para allá porque había dos preciosos embriones que habían llegado hasta allí. Entre ellos mi pequeña. Mi niña, mi hija.
Cuanta ilusión, cuanto miedo, cuanto cuidado, cuanto AMOR.


Primera ecografía de Ángela




Te queremos Ángela. Te queremos hija mía.