viernes, 9 de diciembre de 2011

DEFENSOR DEL PUEBLO

UNA REUNION ESPERADA

En medio de toda esa marabunta de sensaciones y sentimientos por los últimos acontecimientos referentes al negativo del último tratamiento y la sorpresa de la inminente operación de Juan Carlos, recibimos por fín, notificación del Defensor del Pueblo de Murcia para reunirnos con él.

Después de más de un año de la presentación de nuestra queja, de haber recibido por parte de su oficina varias comunicaciones diciéndonos las negativas de la Administración de Sanidad para responderle, y de una segunda carta dos meses atrás para recordarle que seguíamos pendiente de mantener una entrevista personal con él, nos llamaron para concertar la cita.

Llevábamos mucho tiempo esperando y ahora se nos presentaba la oportunidad con la ansiedad añadida de que en los siguientes días Juan Carlos ingresaría, pero era algo que debíamos hacer y no lo dudamos. Llamamos a nuestro abogado para comunicárselo y que se viniera con nosotros. Debíamos seguir luchando para intentar que tomen conciencia del trato que muchas veces recibimos los pacientes, ahora que tan de moda está el trato que algunos pacientes dan a los médicos, y lo poco que se dice del maltrato físico y psicológico que muchos de nosotros sufrimos en nuestras carnes.

La vía judicial va por una parte, pero la queja que a él le formulamos iba dirigida al maltrato físico y psicológico que sufrimos aquel día. Al trato denigrante que nos dieron, a la dejadez en sus funciones, al olvido del juramento que un día hicieron y que como consecuencia de todo ello dió como resultado la muerte de Ángela.

Nuestra queja iba dirijida a que nos pudieran dar una explicación de por qué nos trataron como si les diera igual nuestro sufrimiento, nuestro dolor, nuestro miedo, por qué se dedican a una profesión de la que los verdaderos profesionales deberían avergonzarse de ellos. Cuándo dejaron de importarles las personas, la vida. Por qué dan ese trato a las personas que ponen en sus manos sus vidas, sus ilusiones, sus esperanzas. Queremos que nos digan por qué todo sigue igual, por qué no se han tomado medidas, porque a nosotros ya no nos quitan nuestro dolor, nuestra pérdida, nuestro miedo, pero queremos que nunca jamás nadie tenga que pasar por la horrible pesadilla que vivimos aquel día, con el maltrato físico pero sobre todo psicológico que nos hicieron vivir aquel día y que ya nunca podremos olvidar porque les dió igual que Ángela muriera.

Mi amor chiquitín, nos ha tocado a nosotros, te ha tocado a ti. La tristeza sigue, el dolor sigue pero lucharemos para mejorar la vida. Te queremos.


EL DEFENSOR DEL PUEBLO

La reunión con el Defensor del Pueblo nos dejó como estábamos. Es decir, sin respuestas y no porque dicha institución no se haya estado tomando molestias durante todo el año que ya había transcurrido desde la presentación de nuestra queja, sino porque a pesar de su insistencia con la Administración de Sanidad no había obtenido respuesta por parte de ellos.

De hecho nos dijo que de todas las quejas que se habían formulado en el 2009, era la nuestra la única que quedaba sin respuesta. Y yo le dije: -" normal, es que no saben que contestar"-. Aún así quedó en que seguiría insistiendo para que de alguna forma tuviéramos nuestra respuesta y al mismo tiempo ver como poder solucionar las deficiencias que nosotros presentábamos en nuestra queja.

Entre otras cosas le dijimos que nuestra insistencia era por intentar que se les diera un toque de atención a ese servicio, el maternal de la Arrixaca, para que tomen conciencia del trato inhumano, insolidario e insensible que dan a los pacientes. Vuelvo a hacer insistencia en que nosotros ya no vamos a recuperar a Ángela y que aquel horroroso día nunca lo olvidaremos, pero es por eso mismo por lo que no queremos que otros padres tengan que pasar por eso, y es por ellos por los que luchamos e intentamos que se impliquen cuantos más sectores mejor.

Le dejamos claro que la intención por via judicial es una, pero que el recurrir a él era por motivos del trato y la atención recibida, ya que independientemente del final, que en nuestro caso fue trágico, no creo que ninguna madre, padre o bebé tenga que soportar ese desprecio a la vida humana y esa desgana a la hora de hacer un trabajo que debería ser gratificante.

Supongo que a lo largo de la historia en todos los cambios revolucionarios que se han ido produciendo han tenido que intervenir personas que han decidido luchar por su causa para hacer del mundo algo mejor, para que con su experiencia otros muchos no tengan que pasar por todo lo que ellos tuvieron que pasar y supongo que a nosotros nos ha tocado luchar en este sentido. Ojalá sirva de algo y por eso animo desde aquí a que cualquier persona que me lea y que reciba por parte del personal sanitario un maltrato físico, psicológico o verbal, lo denuncie por cualquier medio que pueda. Creo que el Defensor del Pueblo es una buena vía.

Te queremos Ángela. Eres nuestra guía en el cielo.

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