viernes, 9 de diciembre de 2011

RESPONDER A UN INTERROGANTE

A parte del viaje tan bueno que hicimos, estuvimos después dos fines de semana en la playa con mis cuñados con los que habíamos hecho el viaje. Aprovechamos para ver el vídeo, recordar anécdotas y buenos momentos de los sitios donde habíamos estado. No hicimos nada especial. De hecho prácticamente no salimos y sin embargo lo pasamos muy bien. Estuvimos muy a gusto y nos dió para hablar y ponernos al día en algunos temas, para preparar platos que hacía tiempo no preparaba y para devolver un poco de agradecimiento de esos días de viaje y de estos que nos brindaban en su compañía.

Igualmente recibimos el cariño de nuestros sobrinos, con palabras y gestos que nos hacían reírnos y tener ganas de darles un gran abrazo y beso por la gracia con la que lo decían y hacían y que sobre todo demostraban que ellos estaban igual de a gusto con nosotros, que nosotros con ellos.

Pudimos también contestar a una pregunta que rondaba en su cabeza y que esa y otras muchas quedan en nuestra cabeza de:- " y si ......, esto, y si.......... lo otro. Nos preguntaron, por qué habíamos ido solos al hospital, por qué nos les dijimos nada. Es una pregunta que ya hemos contestado en más de una ocasión a otras personas, que como ellos, les queda el sentimiento de que si a lo mejor hubieran estado allí, habrían podido hacer algo.

Pero qué. Por mucho que intente preguntarme ciertas cosas, por mucho que piense si hubiera hecho las cosas de forma distinta, la respuesta es la misma. Era un parto programado. Estaba ingresada en la Arrixaca desde el día antes. Tenía monitores. No había complicaciones durante el embarazo. A Juan Carlos lo estuvieron engañando diciéndole que todo estaba bien y que me estaban viendo los ginecólogos. Yo estuve sola durante muchas horas, sin poder contar con él y por consiguiente, tampoco hubieran podido estar conmigo esas otras personas.

En definitiva, ya da igual, porque nosotros hubiéramos cambiado tantas cosas..... Lo que ellos hubieran querido es poder ayudarnos o quizás simplemente acompañarnos para no tener que pasar el trago nosotros solos. Sé que es la sensación que se les ha quedado a mucha gente que nos quiere. Pero, no estaba en nuestras manos el desenlace y mucho menos en la de ellos aunque hubieran estado, porque nosotros lo único que hicimos fue confiar.

¡Cielo mío!, eres un rallito de luz en mi vida que haces que siga soñando. Te queremos.

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