miércoles, 14 de diciembre de 2011

DESCUBRIENDO COSAS DE LA MANO DE UN NIÑO

Lo que más me apetecía cuando volvimos de viaje era ver a nuestro pequeño ahijadito, así que después de todo un día de descanso, llamamos para ir a verlo y nos dijo su papá que se habían ido unos días a la playa así que quedamos en que nos avisara para ir el día que le viniera bien para acercarnos a verlos.
Pasados unos días nos llamó y nos dijo que al día siguiente sería un buen día, y a pesar de que en dos o tres días estarían de vuelta, nos apetecía verlos, así que dejamos lo que teníamos que hacer y nos acercamos a verlos.

A nosotros nos dió mucha alegría verlo, pero él se volvía loco queríendonos enseñar todas las cosas que había descubierto esos días, donde se bañaba, donde jugaba, la piscina, los columpios, como se lavaba los pies después de la playa y las huellas que dejaban sus piececitos en las losas, sus zapatillas de cars, los nuevos cochecitos que le había comprado su madre, el vídeo con su cantajuegos que tantas veces hemos visto y oido y como bailaba con él, su habitacion, ….. En fin todo un mundo de sensaciones que para él,  entre la novedad del sitio y la alegría de vernos eran como ir descubriendonos y compartiendo todo lo que había estado viviendo durante esos días.

Y bueno también me dió gusto ver a mi amiga-vecina, porque ese día aunque tenía una cara de puro cansancio, me pareció más relajada y menos distante, a pesar de pillarle por sorpresa nuestra visita ya que nuestro amigo-vecino no le había dicho nada, quizás para que pareciera más casual y la sorpresa se mantuviera hasta el final.

Estuvo bien. Paseamos, vimos las atracciones, nos reimos con el pequeño montado en el cochecito de cars dando vueltas, nos comimos un helado y ya de regreso, lo peor, ver como nuestro pequeñito ahijadito se enfadó y se puso lloroncito porque no quería que nos fuéramos. Menos mál que en unos días lo volveríamos a ver.

Está llegando el final del verano Ángela, y no quiero, no quiero que venga septiembre, no quiero que llegue octubre. Pero el tiempo no se para y sigue arrastrando nuestra pena. Te queremos.

No hay comentarios: