miércoles, 14 de diciembre de 2011

TODO CAMBIA EN UN MOMENTO

EN CASA TRAS NUEVE MESES

Me hubiera gustado escribir algún que otro día durante el mes de agosto, pero la verdad es que entre el cambio en los blog, mi dificultad para poder entrar algunas veces debido a ese cambio, los ajustes que no terminaban de solucionar y que el verano se me ha pasado super rápido, me encuentro hoy aquí día 1 de septiembre dispuesta a seguir relatando mis vivencias para desahogarme, para ayudarme a reflexionar, a darme cuenta de muchas cosas que a veces pasan desapercibidas y que es cuando te decides a dejarlas reflejadas por escrito cuando te das cuenta de muchas de ellas, para poder quizás, poder ayudar con ellas a verse reflejadas en algunas de las sensaciones que vivo a otras personas y como siempre y principalmente el objeto de este blog, que es servir de homenaje a la memoria de mi hija Ángela.

Pues bién, continuando con el post anterior, diré que pasaron los días y llegó el día de vuelta de las dos que vendrían por la tarde y esa mañana estaba mi amigo-vecino poniendo todo en condiciones y ya en la puerta a punto de irse a recogerlas lo oi con mi pequeño ahijadito y salí a saludarlos. El pequeño al verme después de tantos días y supongo que con el cúmulo de cambios en tan poco tiempo, me miró, sonrió y salió corriendo hacía mi con su habitual alegría a darme un gran abrazo y recibir un millón de besos de su maina.
Después saludé a mi amigo-vecino y pregunté como estaban las dos, cosa que pude comprobar unos dias después cuando una vez ya instalados y descansados de los dias en el hospital me acerqué a verlas. Bueno en realidad a quien vi fue a mi amiga-vecina porque a la pequeña tenía que pasar algún tiempo hasta que yo pudiera estar preparada, pero en fin, me alegró verla y ver que estaba bien y recuperandose poco a poco.
Ella me preguntó como me encontraba yo, y le dije que bien, que en realidad después de los primeros días en los que voy asimilando y después del malentendido pues, bien. Y no sé si es por el biomágnetismo, porque es ella o incluso porque a pesar de haber estado más cerca de este embarazo que de cualquier otro hasta casi el final después de Ángela, no tenía verdadera conciencia de que la pequeña vidita estuviera ya con sus papas.  Es gracioso, pero me cuesta verla como mamá de los dos pequeños. Sea por lo que fuera estaba mentalmente fuerte y haciéndome a la idea de ver a la pequeña en unos pocos días si me seguía encontrando así.

¡Ay mi pequeña! otra nueva esperanza en el mundo que viene en forma de bebita y tu mi amor, siendo mi mayor esperanza que lejos se fue. Te queremos.


DOBLE SATISFACCIÓN. POR MI, POR TI.

Veo continuamente bebés por la calle, más grandes, más pequeños, niños, niñas, riendo, llorando, durmiendo o disfrutando de sus primeros días de vida y no puedo evitar quedarme mirandolos, volverme incluso cuando ya han pasado para seguirlos con mi mirada hasta que los pierdo de vista.

Sin embargo el primer paso para poder ver a un bebé de alguien conocido pasado poco tiempo desde el nacimiento fue con mi última sobrinita que pude verla con tan solo un mes y medio y que además cogí en brazos, pero creo que la barrera he terminado de pasarla con la hija de mi amiga-vecina ya que a pesar de tener más o menos una semana me decidí a verla y la verdad, me sentí bien, sin tristezas, sin agobios y además con el sentimiento de pensar que de esta forma también contribuía a ayudarlos y que se sintieran más a gusto sabiendo que no me causaba dolor el echo de verlos con la pequeña.

Mi satisfacción era doble, ya que por un lado había dado un paso más, bastante grande para mi, y por otro creía poder estar devolvíendoles un poco de tranquilidad a sus vidas al podernos ver afrontando esta nueva etapa con serenidad y alegría por ellos.
Y la ví y era clavadita a nuestro ahijadito, sólo que con el pelito negro y más grande que él cuando nació y me hizo gracia cuando mi amigo-vecino me hizo referencia a este echo diciéndome si había visto lo grande que era, cuando en realidad y a pesar de ser cierto que era más grande, yo como hacía tanto tiempo que no veía un bebé de tan poco tiempo tan cerquita me parecía super pequeñita.

Ya se lo dijemos en su momento, que nada podrá cambiar el dolor que sentimos por Ángela, pero es algo que nos acompañará en nuestras vidas a pesar de volver a vivir buenos momentos, momentos felices y alegrías como es el caso del nacimiento de su nueva hija y que sería igual aunque hubiéramos sido nosotros los que tuviéramos otro hijo, así que sólo espero que disfruten de su hija con la seguridad y tranquilidad de saber que no sufrimos al verlos con ella.

Te quiero mi pequeña, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Te queremos mi ángel.


QUERIA AYUDAR Y ALGO CAMBIO

Unos meses antes me enteré de que un ser querido para mi amiga-vecina se estaba muriendo y ante este echo y encima teniendo en cuenta que estaba embarazada quise estar un poco más pendiente de ella, preguntándole, visitándola, queriendo organizar reuniones, salidas o comidas para que pudiera estar entretenida.
Aunque esa era mi intención, no pude estar todo lo pendiente que quise ya que me coincidió la dichosa intervención que me estaría dando la lata durante bastante tiempo y que me limitó a la hora de poder hacer ciertas cosas, sin embargo procuraba preguntarle con frecuencia para que supiera que si le apetecía hablar o quizás poder desahogarse podía contar conmigo.

En los primeros días de la pequeña,  falleció esa persona y teniendo en cuenta que además yo ya había dado el paso para ver a la bebita y ya sin miedo a que me pudiera afectar pensé que quizás le haría bien mi ayuda para lo que quisiera, o simplemente se sentiría tranquila viendo mi actitud de superación.
Sin embargo parace que el efecto fue el contrario. Quizás por querer estar tan pendiente de ella, por querer o creer que la podía ayudar, porque no terminaba de sentirse relajada con la chiquitina cuando yo estaba, o bien por un poco de depresión post parto junto a la muerte de ese ser querido, o todo junto a la vez, ya no lo sé muy bien, la cuestión es que se ha sentido agobiada y de forma consciente o inconsciente se ha ido separando de mi.

Al principio pensé en hablar con ella, pero he preferido dejar pasar el tiempo y no agobiarla más si es eso lo que ha motivado ese alejamiento, y si es otra cosa pues supongo que en algún momento me lo dirá.
Lo cierto es que es una situación que me ha motivado una gran tristeza y ansiedad por no saber que lo genera, porque lo curioso de todo esto, es que desde que me enteré de la enfermedad de ese familiar, lo único que he querido es que me sintiera más cerca, igual que ella lo estuvo de mi. Es como la necesidad de poder devolverle un poquito del cariño y comprensión que me dió durante tantos meses. Pero supongo que a veces nuestras mejores intenciones no siempre son las más acertadas, ni las que más convengan a la otra parte.

Por las noches mi último pensamiento es para ti, Ángela,  porque ojalá pudiera dormirme soñandote. Te queremos.

No hay comentarios: